miércoles, 11 de diciembre de 2013

No love of mine

No sé que le pasa últimamente a todo el mundo con el temita, aunque creo que los adultos no pillan las indirectas de los adolescentes manifestamos al oír su simple mención.
Y es que, querido lector, a aparte del constante ´run-run´ que ya nos encargamos nosotros de darle, de los tres maestros de idiomas que tengo ninguno encuentra mayor y más perfecto verbo para explicar las conjugaciones: I love, you love, he loves, she loves; j'aime, tu aimes, il aime, elle aime; yo amo, tu amas, él ama, ella ama... Y en este orden y con total soltura soy capaz hasta de conjugarte el subjuntivo.
Por otra parte, no hablemos de ética. Querido Don Carlos Oliver, como maestro y persona te admiro muchísimo, pero no es capaz de leer nuestro lenguaje no verbal  y ver las reacciones de nuestras caras y sonoridad de nuestros suspiros elevados al unísono al escuchar la frase: Y ahora, hablemos del amor. Silencio sepulcral. Creo que la indirecta era clara.
Por último para colmos, mi examen de literatura para el cual tuve que leer nose-cuantas maravillosisimas leyendas de Don Gustavo Adolfo Bécquer (algunos titulos a destacar como: 'El beso' u 'Ojos Verdes') bendita la cual en la que no apareciese la famosa 'mujer más bella del mundo'.
Ahora entiendo la frase 'love is in the air' y muy a mi pesar, es totalmente literal.
Pero querido lector, no nos engañemos, que por mucho que repitan lo que creen saber de el amor alardeando de sus conocimientos, no conseguirán hacernos entrar en razón (ya oí en alguna canción  que 'amara es la mayor locura a no ser que se ame con locura' así que asumamos que estamos locos) ni conseguir que entendamos de 'amor', ¿sabes por qué? Porque ni ellos mismo saben qué es.

El amor es aquello que no se puede aprender pero que todo el mundo conoce.


Firmado, alguien que ahora que está dormido va robarle unas flechas a Cupido.
Alejandra

1 comentario:

  1. Si bien es cierto que nos fastidia que nos restrieguen por la cara eso que a veces llegamos incluso a odiar, yo creo que es necesario tenerlo en mente. Sin amor, el mundo quedaría en manos de la apatía, del hastío, de la vida monótona y todo lo que ésta conllevaría. Los humanos que no aman no son capaces de ver más allá de sus narices y sólo saben recitar sus derechos y deberes para con el mundo. Nuestros corazones no sufrirían, pero permanecerían aletargados sin que nadie los rescatase.
    A veces nos enrabietamos, pataleamos y abofeteamos cojines; lloramos, nos lamentamos, nos pisoteamos a nosotros mismos para dejar bien claro ante el espejo que estamos hundidos hasta las orejas en el abismo y que el fango nos ha pringado tanto que ya no podremos salir de él.
    Pero siempre, y digo SIEMPRE, queda un rayito de esperanza colándose por entre los cortinajes negros de la tristeza o la desesperación. Otra cosa es que queramos verlo o no, pero siempre hay salidas posibles. Ahora bien, ya he dicho que a veces no queremos, y es cosa de las personas y su comportamiento estúpido; esas manías tontas que tenemos de no ver más allá de nuestro pozo de negrura aunque aufera brille el sol y, ¿quién sabe?, tengamos una escalera al lado para subir y buscar cosas nuevas, personas nuevas, mundos nuevos.
    Y lo dice una tigresa enamorada de un lobo fiel amante de la luna.
    B.

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