Hoy me siento inmensamente confundida,
cambiante, pero a la vez, feliz, feliz sin condición, sin razón.
Ese tipo de felicidad que nosotros mismo creamos, cuando dejamos de
lado los problemas, las dudas y todo aquello que nos ronda la cabeza.
Lo dejamos de lado y nos sumergimos en algo que nos encanta, que nos
hace olvidar que el mundo es mundo y que por un momento no vivimos en
el, si no en un universo quizás paralelo creado por nosotros mismos,
nuestras reglas, nuestro mundo, nosotros mismos. Ya sea sumergiéndote
entre notas y versos de una canción llena de dulzura, ira o quizás
melancolía, entre libros o en los trazos que guías con un pincel o
lápiz.
Es curioso como nos esforzamos en ser
miles de personas diferentes, nos esforzamos en agradarle a todo el
mundo a veces desagradándonos a nosotros mismos, olvidando por un
momento quienes somos. A veces metimos tantísimo que nos acabamos
creyendo esas mentiras, o quizás no mintamos, solo actuemos delante
de un público y nos pongamos esa máscara que nos tapa y nos esconde
por miedo, ¿por miedo a qué? Si te paras a pensar no tiene sentido
tenerle miedo al rechazo o simplemente a que te conozcan de verdad.
Supongo que es porque en el fondo todos queremos agradar, pero
¿sabéis qué? No sirve de nada gustarle a una persona sin gustarse
a uno mismo, por lo que intentas parecer en lugar de lo que eres,
porque sí, todos tenemos nuestros fallos, pero esos mismos son los
que nos hacen auténticos. No hay que buscar personas que ignoren
esos fallos o quieran que los disimules, si no a personas que los
acepten, los comprendan y te muestre que ella también tiene los
suyos y aun así quiera permanecer a tu lado, porque eso es lo que
los amigos verdaderos hacen. Así que os animo a todos los que
queráis encajad en un grupo nuevo, en un lugar nuevo o donde
queráis, sed vosotros mismo, ya de por sí cuesta a veces hacerlo,
por eso, no tejáis una red de mentiras o disimulos, porque cuando os
arrepintáis no habrá quien pueda deshacerla y todas aquellas
personas que quedaron entrelazadas en esa red caerán y descubrirán
de qué estaba hecha. Quierete a ti mismo, y el mundo te querrá.
Firmado, una chica feliz de ser quién
es.
Alejandra.
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