martes, 13 de agosto de 2013

Un año más, nunca uno menos

  14, Agosto, 2013

Pasa un año más para mí, uno más que tener en cuenta, otro más que recordar. No es año menos por vivir, es un año más vivido. Y es que este ha sido un año efímero, fugaz pero inolvidable e intenso. He conocido gente de las que se te clavan y piensas que nunca vas a poder decir adiós, me he enamorado (para bien o para mal), he viajado, he luchado en mil batallas, he jugado a conquistar mundos y a crear otros tantos, he descubierto mil canciones distintas que me han inspirado para crear mil dibujos distintos,he reído, he llorado, he sido mil cosas distintas sin dejar de ser yo. Me he levantado todas las mañana siendo medio zombie para llegar a clase y que las caras de mis seres queridos me alegrases e hicieran que hasta las peores clases de matemáticas se pasaran rápido entre risas; los mismos con los que he compartido horas de tensión el la biblioteca antes de un examen, los que siempre te sacan na risa, los que te tratan con un cariño especial que empiezas a comprender con e tiempo, esos que tantas tardes de playa hay por contar, o tantas quedadas...gracias a ellos por este año y gracias a los que también estaban ahí para brindarme conversación y amistad todas las tardes, a los que no veía todos los días pero los sentía al lado siempre y cada vez que me escapaba para verles o esas quedadas tan esperadas, en definitiva gracias a todas las personas que me quieren, a todos los que están cuando el ánimo está bajo y las malas noticias son lo primero, a los nuevos, a los ya conocidos de mucho, a los que viven lejos y siento tan cerca, a todos vosotros por los que vale la pena ser como soy y da gusto cumplir años.
Y gracias también a esa enana de la que soy una hora mayor. A esa pequeña gran cosa. A la sonrisa que me daba los buenos días todas las mañanas, a ese hombro en los malos momentos y en los buenos, la que siempre estuvo y estará. Gracias a lo que me has dejado compartir contigo, a lo que estamos viviendo y ¿preparada para lo que aún nos queda? Felices quince.

Firmado, una reciente quinceañera con mucho por delante
Alejandra.

'No paraba de pensar en que podría poner en la carta pero por otra parte una vocecita a la que Nay no solía hacer mucho caso le decía que no era de su incumbencia, así que por alguna razón esa noche le hizo caso. Quizás lo hizo porque Nay nunca acostumbraba a tener gente a su lado, y ese chico no iba a ser menos, le había devuelto el favor, en el momento en el que se encontrase lo suficientemente bien como para andar saldría por la puerta, mientras tanto, mientras menos cosas supiera de él o la vinculasen a él, tal que mejor. Aunque el hecho de pensar en que el que se recuperase podría llevar semanas, no la alentaba mucho. Luego estaba el caso de que no quería que nadie supiera de dicha situación, Nay ya tenía su propia reputación (escasa puesto que nadie la conocía del todo, pero la tenía) la chica seria, que trabajaba el cristal y que no salía de casa si no era estrictamente necesario o si no iba al bosque a desvariar un poco. La misma que todos conocían pero que no se dejaba conocer, que solo mantenía conversación breve si se la brindabas tú primero o si se trataba de la loca de Duna o el mago de la ciudad.
No se equivocaban del todo, era cierto que Nay evitaba salir de casa si no era necesario, como también lo era que hacía mucho que no reía de verdad o se relacionaba con alguien. ¿Para qué? Ella estaba segura de que a cada persona que conocía podría llegarse a encariñar y por lo tanto, a brindarle un cacho de ella misma, y no es que ella se considerase gran cosa o supiera demasiado sobre su persona como para brindarle confianza a alguien que podría irse en cualquier momento y llevarse un cacho más de su existencia, y no, ella no quería estar partida en pedazos y llorar por cada uno que pierde. Era feliz así y si no lo era del todo realmente, los demás no tenía por qué saberlo.'

>> Fragmento de una historia de alguien que necesitaba un confesionario de papel.
Alejandra.

No quiero caras largas pero desconfio de las sonrisas


Hoy me siento inmensamente confundida, cambiante, pero a la vez, feliz, feliz sin condición, sin razón. Ese tipo de felicidad que nosotros mismo creamos, cuando dejamos de lado los problemas, las dudas y todo aquello que nos ronda la cabeza. Lo dejamos de lado y nos sumergimos en algo que nos encanta, que nos hace olvidar que el mundo es mundo y que por un momento no vivimos en el, si no en un universo quizás paralelo creado por nosotros mismos, nuestras reglas, nuestro mundo, nosotros mismos. Ya sea sumergiéndote entre notas y versos de una canción llena de dulzura, ira o quizás melancolía, entre libros o en los trazos que guías con un pincel o lápiz.
Es curioso como nos esforzamos en ser miles de personas diferentes, nos esforzamos en agradarle a todo el mundo a veces desagradándonos a nosotros mismos, olvidando por un momento quienes somos. A veces metimos tantísimo que nos acabamos creyendo esas mentiras, o quizás no mintamos, solo actuemos delante de un público y nos pongamos esa máscara que nos tapa y nos esconde por miedo, ¿por miedo a qué? Si te paras a pensar no tiene sentido tenerle miedo al rechazo o simplemente a que te conozcan de verdad. Supongo que es porque en el fondo todos queremos agradar, pero ¿sabéis qué? No sirve de nada gustarle a una persona sin gustarse a uno mismo, por lo que intentas parecer en lugar de lo que eres, porque sí, todos tenemos nuestros fallos, pero esos mismos son los que nos hacen auténticos. No hay que buscar personas que ignoren esos fallos o quieran que los disimules, si no a personas que los acepten, los comprendan y te muestre que ella también tiene los suyos y aun así quiera permanecer a tu lado, porque eso es lo que los amigos verdaderos hacen. Así que os animo a todos los que queráis encajad en un grupo nuevo, en un lugar nuevo o donde queráis, sed vosotros mismo, ya de por sí cuesta a veces hacerlo, por eso, no tejáis una red de mentiras o disimulos, porque cuando os arrepintáis no habrá quien pueda deshacerla y todas aquellas personas que quedaron entrelazadas en esa red caerán y descubrirán de qué estaba hecha. Quierete a ti mismo, y el mundo te querrá.
Firmado, una chica feliz de ser quién es.
Alejandra.