Los días de lluvia son aquellos en los que el cielo llora empapándome de nostalgia y melancolía, sentimientos que acuden a mí milagrosamente con unas simples gotas. Son días de letargo, de pensar, de mirar al cielo y verlo cubierto de densas nubes. Días en los que lees un libro con el ruido de gotas cayendo de fondo y un agradable olor a tierra húmeda. Días en lo que más apetece es tomarse un vaso de chocolate bien caliente mientras miras a través de la ventana empapada a muchos puntitos de colores bajo los que la gente se refugia del agua en un ir y venir apresurado, o a los niños chapoteando en los grandes charcos que para ellos parecen océanos. Son días que pasas bajo mantas esperando a que la lluvia amaine y el frío que recorre el ambiente se disipe, o bien, sales a la calle con la mera intención de empaparte y sentir como la lluvia se filtra por tus poros limpiándote por dentro. Pero a mí personalmente me gustan estos días de lluvia, pues la mejor parte, es cuando entre las nubes se cuela un rayo de luz y entonces... sale el Sol.
Mi canción para un día de lluvia
Por Alejandra
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