Pero luego pienso y vuelvo a pensar "ese vacío lo puedo llenar, puede que sea solo el camino lo que haya escogido mal" y es entonces es cuando sigo caminando, pero no por el hermoso camino ya marcado surcado de rosas que tantas veces me hirieron con sus espinas. No, esta vez abriré yo misma mi camino en mitad del Bosque de lo Desconocido, enfrentándome con criaturas que me harán caer para que me pueda levantar, que me arañarán para que me aprenda a sanar. Seguiré por ese camino que yo marqué entre sudor y lágrimas, donde las piedras son más duras de lo normal, pero yo más lista que la piedras que al final conseguiré saltar. Y ya solo me dejaré guiar por el sol y las estrellas, que serán todas las personas que en mi alma brillarán. Porque ¿ sabéis qué, querido lector? al final me encontré y me reí de la vida, al final descubrí que el calor se siente mejor si antes se ha pasado frío, que un suelo seco se agradece más después de caminar por la lluvia y que las sonrisas brillan mucho más después de haber llorado. Comprendí al fin que no me gustaba nada ese "y si..." condicional que tantas dudas genera, que prefería comprobar por mi misma lo que era posible y lo que no.
Y vale, también comprendo que alguno que lea esto pensará que soy una loca, que qué hago por las tardes, y puede que tenga razón, que solo sea una loca más en este mundo de "cuerdos" ¿y qué? loca, sí, pero feliz al fin al cabo.
Firmado, una chica harta de tener rumbo fijo
Por Alejandra
No hay comentarios:
Publicar un comentario